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distancia del suelo al techo, de la pared izquierda a la derecha. Algunos, dado que ellos
no podían hacer lo mismo, hallaban sospechosa tal habilidad.
¿Qué es lo que le ha pasado a Derrick? exigió saber Jean Pelerin.
Que hizo algo estúpido contestó Lilith , y que, mientras lo estaba haciendo, tú lo
ayudaste manteniéndome retenida para que no pudiera detenerle.
Jean se echó un poco hacia atrás, habló más alto:
¿Qué le ha pasado?
No lo sé.
¡Mentirosa! El volumen aumentó de nuevo . ¿Qué es lo que le han hecho tus
amigos? ¿Lo han matado?
Tú tienes en parte la culpa de lo que le haya pasado dijo Lilith , así que carga con
tu propia responsabilidad.
Miró a su alrededor, a otros rostros igualmente culpables, igualmente acusadores. Jean
nunca se quejaba en privado, necesitaba una audiencia.
Lilith se dio la vuelta y se fue a su habitación. Estaba a punto de cerrarse dentro
cuando Tate y Joseph se le unieron. Un momento más tarde, Gabriel les siguió al interior.
Se sentó en la esquina de la mesa de Lilith y se enfrentó a ella.
Estás perdiendo dijo, sin tapujos.
Vosotros estáis perdiendo corrigió ella . Si yo pierdo, todo el mundo pierde.
Es por eso por lo que estamos aquí.
Si tenéis alguna idea, la escucharé.
Démosles un espectáculo mejor. Consigue que tus amigos te ayuden a
impresionarles.
¿Mis amigos?
Mira, a mí no me importa. Tú dices que son extraterrestres. Vale, son extraterrestres.
¿Qué infiernos van a ganar si esos hijoputas te matan?
Estoy de acuerdo. Esperaba que devolviesen a Derrick, o aún mejor, que lo trajesen
ellos. Quizás aún lo hagan. Pero su sentido de la oportunidad es terrible.
Joe dice que puedes hablar con ellos.
Lilith se volvió a mirar a Joseph, sorprendida y traicionada.
Tus enemigos están ganando aliados dijo éste . ¿Por qué vas a estar tú sola?
Ella miró a Tate, y ésta se encogió de hombros.
Esa gente de ahí fuera son subnormales dijo . Si entre todos ellos tuvieran un
solo cerebro, se callarían y tendrían los ojos y las orejas bien abiertos, hasta tener una
idea de lo que realmente está pasando.
Eso es lo único que yo esperaba afirmó Lilith . No confiaba en ello, pero lo
esperaba.
Esa gente está asustada y busca a alguien que la salve intervino Gabriel . No
quieren ni razón ni lógica, ni tus esperanzas o deseos. Lo que quieren es que venga
Moisés, o alguien así, y los lleve a unas vidas que puedan comprender.
Van Weerden no puede hacer eso afirmó Lilith.
Claro que no. Pero justo ahora creen que sí, y lo están siguiendo. La próxima cosa
que hará es decirles que el único modo de salir de aquí es darte de palos hasta que
cuentes todos tus secretos. Les dirá que tú sabes el camino de salida. Y, para cuando
esté claro que no lo sabes, estarás muerta.
¿Seria así? No tenía ni idea de cuánto tiempo costaría torturarla hasta la muerte. A ella
y a Joseph. Lo miró, desanimada.
Víctor Dominic dijo Joseph . Y Leah y ese tipo que se ha buscado. Y Beatrice
Dwyer. Y...
¿Aliados potenciales? preguntó Lilith.
Sí, y será mejor que nos apresuremos. Esta mañana vi a Beatrice con uno de los
tipos del otro bando.
Las lealtades pueden cambiar de acuerdo con quién se acuesta la gente reflexionó
Lilith.
¿Y qué? preguntó Gabriel . ¿Así que no puedes fiarte de nadie? ¿Así que
prefieres acabar tirada por el suelo, hecha pedazos?
Lilith agitó la cabeza.
Sé que debe de hacerse. ¿No es realmente estúpido? Es aquello de «juguemos a los
americanos contra los rusos». Otra vez.
Habla con tus amigos dijo Gabriel . Quizá no sea éste el espectáculo que tenían
en mente. Quizá te ayuden a reescribir el guión.
Lo miró, con el ceño fruncido.
¿Realmente hablas así siempre?
Uso lo que me sirve contestó él.
11
Los oankali no quisieron interpretar el papel de amigos de Lilith. Cuando ella se encerró
en su habitación y habló con ellos, ni aparecieron ni contestaron a sus llamadas. Y
continuaron reteniendo a Derrick. Lilith pensó que, probablemente, lo habrían puesto otra
vez a dormir.
Nada de esto la sorprendía. Organizaría a los humanos en una unidad coherente, o
serviría de chivo expiatorio para quienquiera que los supiese organizar. Nikanj y sus
compañeros le salvarían la vida, si les era posible..., si les parecía que su vida estaba en
peligro inmediato. Pero, fuera de eso, no contaría con ayuda exterior.
Pero tenía poderes. Al menos, eso era lo que le gente pensaba de las cosas que podía
hacer con las paredes y las plantas de animación suspendida. Peter Van Weerden no
tenía nada. Alguna gente pensaba que él había causado la desaparición de Derrick, quizá
su muerte. Afortunadamente, Peter no era lo bastante elocuente, lo suficientemente
carismático, como para pasarle la culpa de todo aquello a Lilith..., aunque lo había
intentado.
Lo que sí consiguió fue presentar a Derrick como un héroe, un mártir que había
actuado en bien del grupo y que, al menos, había intentado hacer algo. ¿Qué infiernos
estaba haciendo Lilith?, preguntó. ¿Qué era lo que estaba haciendo su grupo? Se
pasaban el día sentados, contemplándose el ombligo, hablando y hablando, esperando a
que sus carceleros les dijeran la siguiente cosa a hacer.
La gente partidaria de la acción estaban del lado de Peter; la gente como Leah y Wray,
Tate y Gabriel, que preferían esperar acontecimientos, aguardando a tener más
información o hallar una verdadera posibilidad de fuga, lo estaban del de Lilith.
También había gente, como Beatrice Dwyer, que le tenían miedo a cualquier tipo de
acción, pero que habían perdido toda esperanza de controlar alguna vez sus propios
destinos. Éstos se ponían del lado de Lilith, con la esperanza de tener tranquilidad y una
continuidad en su vida. Sólo querían, pensaba Lilith, que los dejasen en paz. Esto era lo
que mucha gente había deseado, antes de la guerra. Esto era la única cosa que no
podrían lograr, ni entonces ni ahora.
Sin embargo, Lilith reclutó a éstos también, y cuando Despertó a diez personas más,
sólo usó a sus reclutas para ayudarlas. La gente de Peter se vio limitada a abuchear y
lanzar gritos en la distancia. Así, la gente nueva los vio desde el principio como
alborotadores. Quizá fuera por esto por lo que Peter decidió impresionar a sus
seguidores, ayudando a uno de ellos a hacerse con una mujer.
La mujer, Allison Zeigler, aún no había hallado a un hombre que la gustase, pero había
elegido el bando de Lilith, en contra del de Peter. Así que aulló el nombre de Lilith cuando
Peter y uno nuevo, Gregory Sebastes, dejaron de discutir con ella y decidieron arrastrarla
a la habitación de Gregory.
Lilith, sola en su habitación, frunció el ceño, no segura de lo que había oído. ¿Otra
pelea?
Cansinamente, dejó el montón de informes que había estado repasando, en busca de
más aliados. Salió, y vio de inmediato el problema.
Dos hombres agarraban a una mujer que se debatía, sujeta entre ambos. Al trío le
impedía llegar a ningún dormitorio un grupo de gente de Lilith, que les bloqueaba el
camino. Y a la gente de Lilith les impedía llegar hasta el trío un grupo de gente de Peter.
Un punto muerto..., potencialmente mortífero.
¿Qué infiernos estás aguardando? inquirió en voz muy alta Jean . Tu deber es
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